Naturaleza y Clima: la urgencia de una acción integrada para enfrentar la doble crisis planetaria

/

La intensificación de los eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad global están entrelazadas en una crisis ecológica sistémica sin precedentes, que exige respuestas coordinadas y urgentes en naturaleza y clima. Actividades humanas como la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) ya han impactado a más del 75% de los ecosistemas terrestres y al 66% de los ecosistemas marinos (IPBES, 2019). Estos procesos no solo comprometen la resiliencia climática del planeta, sino que también conducen a la extinción de especies a una tasa superior a la natural (Pimm et. al., 2014; Portner et al., 2023). 

El Living Planet Report 2024, elaborado por WWF, señaló una disminución media de aproximadamente el 70% en las poblaciones de animales silvestres monitoreadas entre 1970 y 2020, lo que refuerza el colapso ecológico en curso (WWF, 2024). América Latina lidera esta caída, con una reducción del 94%, impulsada principalmente por la pérdida de hábitats naturales. 

Aunque la mitigación del cambio climático ya ocupa un lugar destacado en los compromisos empresariales y en las políticas públicas, la agenda de conservación y restauración de la naturaleza y la biodiversidad ha cobrado impulso más recientemente. Esto se debe a que la naturaleza no es solo un activo ambiental: constituye la base del capital natural del que depende toda la economía. Se estima que más de la mitad del PIB global, aproximadamente 58 billones de dólares, depende en grado moderado o alto de la naturaleza y sus servicios ecosistémicos, como la polinización, la regulación del clima y el suministro de agua PwC, 2023). 

Esta interdependencia convierte la pérdida de biodiversidad en un riesgo financiero sistémico. Como respuesta, reguladores, inversionistas y empresas han estado movilizando marcos, directrices y métricas para integrar la naturaleza en la gobernanza corporativa. La principal iniciativa en este esfuerzo es el Marco Global de la Biodiversidad (Global Biodiversity Framework – GBF), acordado en la COP15 del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) (Kunming-Montreal, 2022). 

GBF: Un Acuerdo de París para la naturaleza 

El GBF establece cuatro objetivos y 23 metas globales para 2030, incluyendo la meta 15, que exige que todas las grandes empresas e instituciones financieras evalúen, monitoreen y divulguen sus riesgos, impactos y dependencias respecto a la naturaleza. El objetivo es alinear la actividad económica con la conservación de la biodiversidad, en un movimiento análogo a la transparencia promovida por el Acuerdo de París en materia climática. 

Sin embargo, al igual que en la agenda climática, la implementación de las metas del GBF depende de un componente crítico: el financiamiento. Se estima que es necesario movilizar 200 mil millones de dólares al año hasta 2030 para alcanzar los objetivos del acuerdo. Aunque esta cifra representa una fracción de la inversión global en infraestructura y energía, la brecha de financiamiento para la biodiversidad es considerable. 

Se lograron avances significativos en la segunda parte de la COP16, realizada en Roma en febrero de 2025. Las partes acordaron una nueva estrategia de movilización de recursos, que incluye la consolidación de un mecanismo financiero permanente de la CDB, el fortalecimiento de instrumentos financieros existentes y una mayor participación del sector privado, la filantropía y los bancos multilaterales de desarrollo. 

Transparencia corporativa: TNFD y SBTN 

Complementando los compromisos intergubernamentales, las empresas han adoptado iniciativas voluntarias para internalizar los riesgos y dependencias relacionados con la naturaleza. La más sólida de ellas es la Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD), lanzada oficialmente en 2023 tras dos años de desarrollo. Inspirada en la TCFD, la TNFD proporciona un marco estructurado para que las empresas identifiquen, evalúen e informen sobre los riesgos financieros vinculados a la naturaleza. En la COP16 (2024), más de 500 instituciones financieras y corporativas anunciaron su compromiso voluntario con la TNFD, marcando un punto de inflexión en la madurez de esta agenda. 

Por su parte, la Science-Based Targets Network (SBTN) actúa como el brazo técnico de la SBTi para la naturaleza, ofreciendo una metodología científica para que las empresas establezcan metas medibles de preservación y restauración. Desde su lanzamiento en 2023, la SBTN propone un proceso en cinco etapas para que las organizaciones evalúen impactos, prioricen áreas de actuación, establezcan metas basadas en la ciencia y monitoreen los avances. 

Integración estratégica: del riesgo sistémico a la oportunidad 

Los tres marcos: GBF, TNFD y SBT, forman una arquitectura integrada de gobernanza de la naturaleza y biodiversidad corporativa. El GBF actúa como paraguas normativo global, definiendo metas y objetivos; la SBTN provee herramientas para la definición de metas organizacionales basadas en la ciencia; y la TNFD promueve la transparencia mediante la estandarización de informes y métricas. 

Juntas, estas iniciativas permiten la creación de políticas corporativas coherentes con los límites planetarios y con las necesidades de adaptación al cambio climático (ver Richardson et al., 2023). Aun así, su implementación requiere superar desafíos técnicos, como la escasez de datos estandarizados y la complejidad inherente a la medición de la biodiversidad, que, a diferencia de las emisiones de GEI, varía profundamente en escala, composición y función entre los diferentes ecosistemas. 

Con más de 18 años de experiencia en la ejecución y coordinación de proyectos de biodiversidad, sé que sumar esfuerzos globales en esta agenda es complejo. A diferencia de la agenda climática, que se estructura principalmente en torno a una métrica estandarizada (las emisiones de CO₂e), los estudios sobre naturaleza y biodiversidad implican múltiples variables ecológicas y espaciales. La diversidad genética, la diversidad de especies y de ecosistemas, además de los contextos regionales, hacen considerablemente más compleja la medición de impactos y la definición de metas universalmente aplicables. Esta heterogeneidad dificulta la creación de métricas e indicadores simples y comparables, lo que exige enfoques integrados, interdisciplinarios y sensibles al territorio para orientar decisiones políticas y empresariales basadas en la ciencia. 

Por otro lado, veo que el tema está evolucionando rápidamente y que la COP de Belém será emblemática en ese sentido, tanto por celebrarse en Brasil, uno de los países más biodiversos del mundo, como por las señales dadas por el Presidente de la Conferencia, André Lago, quien en una de sus cartas abiertas destacó la importancia de una visión integral y sinérgica para afrontar las crisis globales interconectadas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. 

Referencias

IPBES (2019). Global Assessment Report on Biodiversity and Ecosystem Serviceshttps://ipbes.net/global-assessment

Pimm, S. L., Jenkins, C. N., Abell, R., Brooks, T. M., Gittleman, J. L., Joppa, L. N., … & Sexton, J. O. (2014). The biodiversity of species and their rates of extinction, distribution, and protection. Science, 344 (6187).

Pörtner, H. O., Scholes, R. J., Arneth, A., Barnes, D. K. A., Burrows, M. T., Diamond, S. E., … & Val, A. L. (2023). Overcoming the coupled climate and biodiversity crises and their societal impacts. Science, 380 (6642).

WWF (2024). Living Planet Report 2024 – Building a nature-positive societyhttps://livingplanet.panda.org

PWC. (2023). Managing nature risks: From understanding to action. http://www.pwc.com/managing-nature-risks

Richardson, K., Steffen, W., Lucht, W., Bendtsen, J., Cornell, S. E., Donges, J. F., … & Rockström, J. (2023). Earth beyond six of nine planetary boundaries. Science advances(37). https://doi.org/10.1126/sciadv.adh2458

Carlos Eduardo Benfica
Consultor de Sostenibilidad - Soluciones Basadas en la Naturaleza |  + posts

¿Te gustó este contenido?
¡Compártelo!


background

Suscríbase a nuestro boletín