El papel del sector eléctrico en la transición energética hacia una economía baja en carbono

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La electrificación desempeña un papel crucial en la descarbonización de la economía al sustituir las fuentes de energía basadas en combustibles fósiles por alternativas más limpias y sostenibles. Según el informe New Energy Outlook: Brazil, publicado por BloombergNEF, se estima que la electrificación podría contribuir hasta en un 55% a la reducción de las emisiones de carbono para 2050. Por lo tanto, la electrificación directa de los procesos de producción ofrece una enorme oportunidad en términos de eficiencia y sostenibilidad, acelerando la transición a una economía con bajas emisiones de carbono.

Para avanzar con esta agenda, incluso en Brasil, un país con una matriz energética predominantemente renovable, existen dilemas y desafíos. Un gran dilema es cómo promover la generación de energía sostenible. Las tecnologías renovables ya son abundantes y baratas. El siguiente paso es entender la mejor forma de aplicarlas, evitando costes sociales y medioambientales como la desertificación de la tierra y el impacto en la biodiversidad de la construcción de grandes parques solares, así como la necesidad de eliminar correctamente los materiales y reciclar los residuos.

Sin embargo, para que la electrificación se produzca realmente, el verdadero reto es la ampliación y modernización de las redes de transmisión y distribución, para conectar de forma eficiente e inteligente las unidades de generación con los centros de consumo y añadir atributos de fiabilidad y resistencia al suministro energético. Para hacerse una idea del reto, a escala mundial, según la Agencia Internacional de Energías Renovables, para cumplir el compromiso de triplicar la generación renovable de aquí a 2030, se calcula que serán necesarias inversiones anuales de aproximadamente ​​1,52 billón de dólares en generación renovable y de 717.000 millones de dólares en ​ ​grids.

Sin una infraestructura robusta y moderna, la energía generada por fuentes renovables no puede transmitirse y distribuirse eficientemente a los consumidores. Invertir en redes de transmisión y distribución es, por tanto, un paso crucial para lograr una matriz energética más sostenible y resistente.

Esta es la percepción general del sector en Brasil. Tomando el ejemplo de Minas Gerais (el cuarto estado más grande de Brasil, situado en el sureste), Cemig (Companhia Energética de Minas Gerais) conectará 7 GW de generación solar distribuida a su grid en el estado. Para ello y para aumentar la resistencia de su red, Cemig está ejecutando el mayor plan de inversiones de la historia de la empresa, por un total de 59.000 millones de reales hasta 2029. Las inversiones en infraestructuras físicas son notables: la empresa está construyendo 200 nuevas subestaciones hasta 2028, lo que supone un aumento del 50% respecto a lo construido en sus más de 70 años de existencia.

Además de los puntos anteriores, conocemos la importancia de la contribución de cada organización a la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Junto con WayCarbon, estamos realizando un inventario de carbono para 2024, que nos ayudará a tener más claras nuestras principales fuentes de emisiones e insumos esenciales para las acciones de descarbonización. También realizamos análisis de riesgos climáticos y respondemos a programas de información como ​​CDP, generando más transparencia para las partes interesadas y buscando garantizar la resiliencia de Cemig a largo plazo.

Adiéliton Galvão de Freitas
Gerente de Sostenibilidad Empresarial en Cemig |  + posts

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