Los ratings ESG y sus formas de evaluar las empresas

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El movimiento global hacia una economía de bajo carbono y el capitalismo consciente ha llevado a los grandes inversores a priorizar su flujo de capital a fondos mutuos que invierten según las calificaciones asignadas por las agencias de rating ESG. Estas calificaciones sirven como termómetro de los roles de los agentes económicos – ya sean Estados o empresas – que más se destacan por sus prácticas corporativas socioambientales y de gobernanza. 

Para que tengamos una idea de esta demanda, en 2021, el valor de los activos bajo administración de los signatarios del PRIPrinciple for Responsible Investment (Principio de Inversión Responsable) de la ONU alcanzó los US$121 trillones en marzo de 2021 – un aumento del 17% en comparación con el período anterior, lo que muestra el apetito de los inversores por los roles ESG. 

Cómo funcionan las Agencias de Rating ESG?

Gran parte del trabajo de estos organismos es interpretar la información que estos players presentan a la sociedad sobre sus acciones orientadas a integrar los ámbitos socioambientales y de gobernanza en su modelo de gestión, asignándoles las calificaciones de acuerdo con su desempeño en estos aspectos. 

Sin embargo, al no existir un framework único de evaluación a seguirse, los analistas plantean distintas matrices de información para la atribución de calificaciones, como informes de sustentabilidad, investigaciones sectoriales promovidas por instituciones no gubernamentales e incluso noticias publicadas por la prensa. 

Las agencias más apuntadas y los diferentes métodos de evaluación 

Actualmente, hay más de una decena de agencias que trabajan con este tipo de servicio, especialmente la MSCI y la Sustainalytics, que asignan puntajes al desempeño ESG de las empresas que servirán como referencia para diferentes perfiles de inversionistas alrededor del mundo. 

Dado que cada sistema de rating adopta sus propios criterios, no es raro que una empresa que puntúa bien según una agencia sea mal calificada por otra, siendo deber de los agentes económicos reducir este gap al asegurar la transparencia, precisión y consistencia de la información ESG ofrecida a los stakeholders, del mismo modo que ya lo hacen con sus datos financieros. 

La MSCI califica a más de 8500 empresas (14 mil si se incluyen las subsidiarias) y más de 680 mil valores de renta variable y fija en todo el mundo. Su calificación va desde CCC, el peor puntaje, hasta AAA, el mejor. La calificación de Sustainalytics, que también evalúa alrededor de 14 mil organizaciones, varía de cero (correspondiente a un riesgo insignificante) a 40 (riesgo alto). 

La consolidación de la Gestión ESG es la mejor estrategia para ofrecer la información a los stakeholders 

El rigor en el cálculo de los indicadores de desempeño socioambiental y de gobernanza no solo brinda mayor seguridad a las partes interesadas, sino que también genera insights valiosos para que las empresas y los gobiernos avancen en su estrategia ESG. 

El análisis de las notas permite un acercamiento más objetivo con relación a su potencial de transformación con la sociedad y el medio ambiente, lo que redundará, en el mediano y largo plazo, en una apreciación aún mayor de sus acciones por parte del mercado.  

Por ello, es fundamental que los players instituyan la práctica del seguimiento continuo de la evolución de los KPIs ESG, contando con ellos en el proceso de la toma de decisiones estratégicas del negocio. 

Para ayudar las organizaciones en este proceso, WayCarbon creó Climas, la solución de gestión ESG líder en América Latina, que consolida la evolución de los KPIs y asegura su parametrización proactiva entre los distintos estándares de reporte. Esta orquestación del proceso de inserción, validación y reporte de indicadores que el software realiza ayuda las empresas en su gestión interna, al mismo tiempo que facilita la rendición de cuentas a la sociedad. 

En Climas, todo el proceso de gestión se realiza a través de dashboards colaborativos y trazables, lo que reduce además el tiempo que los equipos pierden en tareas operativas, para que los profesionales puedan centrarse en el trabajo más estratégico: mejorar la estrategia ESG como parte de la cultura organizacional.

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