Los indicadores de adaptación se aprueban en la COP30 

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Históricamente tratado como un tema secundario en las COP, la adaptación al cambio climático cobró la importancia que merece en la COP30, celebrada entre el 10 y el 22 de noviembre en Belém (PA), Brasil. El concepto implica acciones para hacer frente a los impactos presentes y futuros del cambio climático, con el objetivo de reducir las vulnerabilidades, obtener resiliencia e identificar oportunidades. 

Indicadores de adaptación

Como principal anuncio de la agenda de adaptación, las partes aprobaron 59 indicadores globales voluntarios para medir el progreso de los países en este tema, en consonancia con la Meta Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés). El texto final establece directrices para el uso de estos indicadores y detalla los próximos pasos para su puesta en práctica, pero no crea obligaciones legales. 

Los indicadores definidos presentan criterios tanto cualitativos como cuantitativos y abarcan dimensiones sociales, geográficas, ecosistemas y sectores temáticos (agua, agricultura, salud, infraestructura, pobreza y cultura). La decisión, aunque políticamente frágil, implica un proceso centrado en mejoras técnicas que deberán trabajarse en los próximos dos años. 

“La adaptación ha tenido el protagonismo que se merece en esta edición, que la ha puesto al mismo nivel que la mitigación. Considero que la definición de 59 indicadores y los avances en relación con las necesidades de los Planes Nacionales de Adaptación (PNA) son una señal positiva para que las promesas se conviertan en acciones concretas”, afirma Melina Amoni, Gerente de Riesgos Climáticos y Adaptación de WayCarbon, que estuvo en Belém. “A pesar de ello, los indicadores siguen siendo voluntarios y no están directamente vinculados a la financiación, lo que pone de manifiesto los límites de la ambición global”, explica la experta. 

Aunque no está directamente vinculado a los indicadores, el documento final contiene un compromiso establecido por las partes de triplicar la financiación de la adaptación al cambio climático hasta 2035, haciendo hincapié en que la viabilidad de los recursos debe provenir principalmente de los países desarrollados para las naciones en desarrollo, que son las que más sufren los impactos del cambio climático y, en general, son responsables de la menor parte de las emisiones globales de GEI. 

Pérdidas y daños

En cuanto a los mecanismos de pérdidas y daños, se mencionó la revisión y el fortalecimiento del Mecanismo Internacional de Varsovia (WIM), un instrumento creado en la COP19 para hacer frente a los efectos de la crisis climática, ofreciendo apoyo a los países vulnerables. La decisión reforzó la necesidad de nuevos fondos para apoyar a los países afectados por fenómenos extremos.  

Implementación y planes nacionales de adaptación

Otra iniciativa relacionada con esta agenda mencionada en el documento final, denominada «Mutirão Global», fue el Acelerador Global de Implementación, una iniciativa voluntaria lanzada por las presidencias de la COP30 y la COP31, que se celebrará en Turquía, para apoyar a los países en la implementación de los PNA. 

Gobernanza multinivel

Por último, cabe destacar la iniciativa del Gobierno brasileño, que presentó el segundo día de la conferencia el Plan de Aceleración de Soluciones (PAS) en Gobernanza Multinivel. La iniciativa es un hito en la cooperación climática mundial, ya que institucionaliza la integración entre los diferentes niveles de gobierno y sectores de la sociedad como condición esencial para la implementación del Acuerdo de París, relacionado con el GGA. El plan servirá como instrumento para poner en práctica la Coalición para Alianzas Multinivel de Alta Ambición (CHAMP), lanzada en la COP28.  

Según el documento, para 2028, 100 planes climáticos nacionales y planes de implementación de Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) deben incluir oficialmente estructuras y mecanismos de gobernanza multinivel. El objetivo es llegar a 120 planes para 2030. Para ello, el PAS prevé la capacitación de 6000 funcionarios públicos y profesionales en los países que han respaldado la iniciativa, a través de programas liderados por CHAMP y ONU-Hábitat. 

“Se trata, básicamente, de una extensión de los NDC a los niveles subnacionales. Es un paso importante para la agenda de adaptación, porque los líderes subnacionales, como gobernadores y alcaldes, están en la primera línea de la implementación de la acción climática. El hecho de que 77 países y la Unión Europea ya hayan anunciado su apoyo a la iniciativa también es una señal positiva”, afirma Lauro Marins, Líder de Consultoría y Soluciones Digitales de WayCarbon. 

Maria Luiza Gonçalves
Periodista y Analista Sénior de Comunicación en WayCarbon |  + posts

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