La materialización de eventos climáticos extremos y las implicaciones sociales y económicas de la crisis generada por el COVID-19 hicieron crecer la presión para que las empresas desarrollen una estrategia de sostenibilidad consistente y comuniquen compromisos y resultados a las partes interesadas, o sea, todos los elementos (personas, instituciones, grupos, órganos gubernamentales, etc.) que de alguna forma afectan o son afectados por la organización.
En este sentido, la adopción de los programas de relato por empresas de diferentes tamaños y segmentos fue potenciada como forma de transmitirles a las partes interesadas acciones emprendidas y posicionamientos corporativos. No obstante, las empresas que están iniciando esta jornada, se deparan con la pregunta: ¿por dónde comenzar? ¿Los beneficios de visibilidad deberían ser la principal motivación para que una empresa participe de programas de relato?
Programas de Relato: ¿qué son y cuáles debo escoger?
Relatar es comunicar estratégica y sistemáticamente riesgos, impactos y mecanismos de gestión de la sostenibilidad generados por una organización en su operación. Como la sostenibilidad es un tema que involucra diversos frentes, los Programas de Relato surgen con la finalidad de establecer mejores prácticas a ser implementadas, monitoreadas y comunicadas por las organizaciones.
Y son los más diversos:
- Estructuras de reporte: suministran orientaciones de contenido abarcador a ser reportado y la forma con que las informaciones deben ser formuladas. Ejemplos son: el Relato Integrado y la Task force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD).
- Normas de Reporte: definen tópicos específicos de relato, conteniendo requisitos específicos de contenido. Ejemplos son: Global Reporting Initiative (GRI) y Sustainability Accounting Standards Board (SASB);
- Índices: evalúan y clasifican a las compañías de capital abierto a partir de su desempeño en sostenibilidad, que es medido por medio de un conjunto de indicadores, ubicando posteriormente a las empresas mejor evaluadas en la cartera teórica que compone el índice. Ejemplos incluyen el Índice de Sostenibilidad Empresarial (ISE) y el ICO2, ambos de B3, Dow Jones Sustainability Index (DJSI) y FTSE4Good;
- Ratings de Sostenibilidad: representan la evaluación de riesgo de sostenibilidad, por medio de nota, por agencias de rating. Esta clasificación tiene enfoque en los inversionistas e impacta a una serie de otras categorías de riesgo, como la de crédito. Ejemplos son: Sustainalytics, MSCI y VigeoEiris;
- Plataformas de reporte: son espacios en los cuales informaciones de sostenibilidad pueden ser insertadas y evaluadas por medio de formularios. Estos procesos pueden ser organizados por diferentes categorías de partes interesadas, desde agentes de prensa, como el caso de la Guía Examen de Sostenibilidad, hasta organizaciones no-gubernamentales, como el Sistema B. Otro ejemplo muy conocido es el CDP, que evalúa a las empresas en los frentes de cambio del clima, bosques y seguridad hídrica. Vale destacar que la multiplicidad de programas de relato ha generado una tendencia de integración entre diferentes tipos de programas. Un ejemplo es la formación de Value Reporting Foundation, que unió Relato Integrado y SASB, para compatibilizar sus principios, aunque también preserven su independencia. Siguiendo la misma tendencia, el IFRS (International Financial Reporting Standards), organización reconocida por establecer directrices de reporte contable, anunció la creación de ISSB (International Sustainability Standards Board) con el objetivo de satisfacer la demanda de inversionistas globales por informes de alta calidad, transparentes, confiables y comparables.
La elección por un programa de relato involucra diferentes factores específicos, que pueden variar conforme la organización. No obstante, algunas variables deben ser observadas, como el nivel de madurez en la gestión de sostenibilidad y el alineamiento del programa de relato a los objetivos estratégicos de la empresa y a las demandas de partes interesadas.
¿Por qué relatar?
Es común conectar un relato de sostenibilidad a una rendición de cuentas a la sociedad. No obstante, por más que haya beneficios claros de visibilidad y transparencia, el proceso de preparación para un relato de sostenibilidad también es capaz de generar estímulos potentes en el gobierno de una organización:
- Mejoría Continua: la empresa pasa a tener las mejores prácticas como referencial para evaluar periódicamente sus prácticas de gestión, estructuras de gobierno, compromisos y metas asumidas y sus respectivos indicadores. Este movimiento genera insumos preciosos que pueden alimentar mejorías significativas.
- Comprometimiento interno: para recolectar las informaciones necesarias, la empresa moviliza innumerables puntos focales internos en diferentes áreas. Si ellos fueren debidamente comprometidos en el proceso de respuesta, se convierten en asociados fundamentales en la implementación de acciones estratégicas.
- Identificación de impactos: para relatar, es fundamental abordar los temas más materiales para el negocio. Esto significa entender los impactos generados por la empresa sobre la sociedad, el medio ambiente y la economía, lo que es crucial para minimizar riesgos, tangibilizar oportunidades de negocio y atraer inversionistas.
- Escucha activa: si para algunos programas de reporte es un requisito hablar de impacto, pasa a ser esencial identificar, gestionar e internalizar las demandas de partes interesadas. Así, la empresa se acerca a sus públicos estratégicos y desarrolla mecanismos para nutrir una buena relación.
Decidí relatar, ¿y ahora?
El primer consejo y el más fundamental: transparencia es el valor máximo. Es muy importante que la empresa traiga sus puntos a desarrollar y sus impactos a gestionar para construir un relato coherente. Además de esto, el lenguaje del relato – en especial los ampliamente divulgados, como los informes GRI – debe ser inclusivo, accesible a sus partes interesadas.
Ya en términos de ejecución, una vez que la empresa decide su alcance de relato, es hora de pensar en planificación. Entonces, el primer paso es verificar el tipo de información a ser divulgada en el relato y mapear las áreas responsables de suministrarlas, buscando sensibilizar y comprometer a estas personas sobre la importancia de participar activamente del proceso.
También vale conocer la dinámica del programa escogido: ¿cuáles son los criterios de elegibilidad? ¿Existe un cronograma específico de envío de informaciones? ¿Estas informaciones serán evaluadas? ¿Será necesario comprobar alguna información enviada? Entender estos detalles puede ser decisivo para una planificación eficiente.
En el caso de los procesos de rating ESG, es importante buscar en fuentes oficiales documentos que detallen la metodología de evaluación, una vez que esta dinámica puede variar conforme la institución. Conocer los criterios utilizados es fundamental para comprender e incluso argumentar sobre los ratings recibidos junto a la agencia, que normalmente ofrece un plazo para contestaciones y dudas.
A continuación, aparecen informaciones para el envío de informaciones para programas que presentan un cronograma definido, resaltando que algunas fechas aún no están disponibles para el ciclo del 2022, habiendo sido basadas en el último ciclo de reporte.
Relatar es un proceso evolutivo, entonces también se debe evaluar, al final de cada ciclo, las mejorías para el próximo relato. A fin de cuentas, la perennidad de una empresa debe siempre considerar la gestión de sus impactos de forma objetiva, transparente y confiable.
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